Una amiga se muere. Lleva muchos años luchando, y ahora… parece que por mucho que ella se quiere agarrar a la vida, su cuerpo ya no le responde.
Es la persona más luchadora y con ganas de vivir que he conocido nunca. Ha luchado por vivir, la han desahuciado varias veces antes y aún está aquí. Ahora su cuerpo ya no puede más. La he llamado amiga porque la considero.
Quién me conoce sabe que me cuesta acuñar esta palabra, que no soy dada a llamar amigo-.amiga a cualquiera. Antes sentía que una condición para ser amigo-a era conocernos hace tiempo, pero ya no lo pienso, gracias a gente que he conocido hace año y poco, y que siento que es más amiga que otra gente que conozco desde hace 10-15 años. Gracias a vosotros-as el tiempo ya no es importante, da igual que haga un año que un mes, lo importante es el trato.
La conocí hace 3 años, aunque había oído hablar de ella mucho antes. Era amiga de una amiga de la Uni, y me contaba cosas sobre ella. Más o menos seguí su enfermedad, en ese tiempo. Había tenido un cáncer de pecho, se trató y le había vuelto a aparecer.. en el hígado. Esto es lo que sabía cuando la conocí.
Es curioso lo que la mente humana puede hacer, o quizás soy yo misma que soy muy dada a establecer relaciones. La noche que la conocí, había quedado con mi amiga para ver un concierto de Mastretta en la Plaza de la catedral, eran las fiestas de la Merçè del 2004… un día antes de dejarlo con mi expareja.
La volví a ver en las fiestas de mi ciudad, en Septiembre del 2006. Estaba pletórica, nadie hubiese dicho que estaba enferma, la verdad es que por su apariencia nunca me lo pareció, hasta ahora. Siempre me ha parecido una chica llena de vida, con muchas inquietudes, y no paraba ni un segundo de hacer cosas. No sé de dónde sacaba esa energía. Cuando la ví, lo primero que me dijo fue: “Estás guapísima! Mucho mejor que la ultima vez que nos vimos!”. Ella siguió mi historia, igual que yo seguí la suya, a través de nuestra amiga en común.
Nos vimos pasados unos meses, en dos fiestas de cumpleaños. En una de ellas habló de su situación, y hablaba de la muerte con una normalidad que, sí para mí es extraño. No llevo bien los cambios, y la muerte es un gran cambio.
La invité en mi última fiesta de cumpleaños, en un principio no sabia si iba a venir, porque estaba un poco baja de una sesión de quimio, pero vino. Lo que me dijo al despedirnos ese día no lo olvidaré: “Últimamente no salgo mucho y cuando lo hago no me lo paso muy bien; pero hoy me he divertido mucho, gracias por invitarme.”
Este Lunes la fui a ver a su casa, no la veía desde el verano, cuando vino a despedirnos al aeropuerto cuando nos fuimos a Berlín. Y cuando la ví.. ufff. Nunca antes la había visto tan desmejorada, amarilla… Y lo peor.. ahora lo pasa mal. No puede moverse mucho, sale con silla de ruedas, está hinchada y le tienen que sacar líquido.. pero aun así, está firme. Se alegró de verme, al darle dos besos me cogió la mano fuerte, y me transmitido una serenidad, una sensación de compañía, no sé cómo describirla…
Tubo un momento de bajón, en el que lloró, pero como ella dice son 5 minutos, pero.. joderr, qué 5 minutos!! Como no va a llorar, cuando desea morirse ya, porque sufre! Pero después , para.. y aunque parece que se recupera, vuelve a estar serena.. no creo que sea del todo real. Me dio muestras de cosméticos naturales, un collar… hablamos sobre cosas, se animó que lo dijo, se levantó del sofa, andó un poco por el piso buscándonos cosas, y hasta me pintó (es una excelente maquilladora). Yo a cambio le he prometido que la próxima vez que vaya le haré un peeling, porque ella no tiene fuerza para frotarse la cara.
Cuando nos íbamos, estando yo de pie, me dijo:” Te veo muy bien, Estás más delgada”. Yo le dije que no, pero ella me dijo que estaba mucho más guapa que cuando me conoció. Y me habló de que me veía mucho más centrada y se alegraba, y que debía seguir así. Habló del caso de una amiga suya que lo había dejado también, e intercambiamos opiniones. Al despedirnos volvió a cogerme la mano con fuerza…
Al salir su madre nos dijo que se había animado al vernos, que estar todo el día en casa hacia que se aburriera y pensara demasiado, y recibir visitas la animaba.
Esa noche no pensé en ello. La ví mejor de lo que había imaginado, ya que estuvo ingresada en el hospital todas las navidades, y no dejaban que recibiera visitas por sus ataques de ansiedad. Mi amiga me dijo, que la vio bien, que ella la había visto en otras visitas más demacrada y desanimada.
Pero el Martes.. empezó a afectarme. Mi carácter me cambió, no podia dejar de quitarme de la mente esos apretones de mano fuertes, su situación, sus ganas de vivir, su lucha… Y lo comentaba en el trabajo…
Cuando alguien se muere siempre se activa lo de “la vida son 4 días y hay que disfrutarlos”. Y es cierto, pero eso se me olvida con el paso del tiempo, y sólo en otras circunstancias similares se me vuelve a activar..
Aunque esta vez lo que noto que me pasa es otra cosa.. Lo resumiría cómo: “ la vida son 4 días.. y no debo aguantar cosas que no quiero, no merece la pena!” Me he pasado la semana más nerviosa, y más “combativa” que nunca. (me he peleado a gritos con la persona que mejor me llevo en el trabajo). La sangre no ha llegado al río, pero no quiero estar así. Aunque este fin de semana hay sesiones de lloros..el descanso del guerrero. Sé que tiene que ver con la visita del Lunes, el estrés del trabajo (mi nuevo puesto no acaba de definirse y ya me ha dado más malos rollos que buenos!), y que he visto la muerte de cara.. y me duele mucho no poder ayudarla en nada!
Pienso que ella tiene unas ganas de vivir enormes, que tiene muchos cosas que hacer y yo tengo una vida que no sé cómo vivirla muchas veces. Que ella no le queda vida, y que o no sé que hacer con la mía, como dirigirla , hacia dónde..
Ahora estoy en plan decaido, lo sé. Creo que se me han juntado varios temas, y ahora me siento descentrada otra vez. ( o quizás nunca he estado tan centrada como pensaba, quién sabe..) Pero sé que me recuperaré, en eso consiste la vida…
Sabía que podía afectarme lo del trabajo, sabía que lo de Mabel podía afectarme, era consciente cuando acepté el trabajo, y cuando quise ir a verla. Y no por ello, dejo de ir a trabajar ni dejaré de ir a verla.
Ahora sí, nunca volveré a estar en el punto que estuve hace un par de años, nunca volveré a tener ataques de ansiedad, ni insomnio por el trabajo. No merece la pena, y no lo consentiré. Lo dejaré antes de que llegue a afectarme de esa forma, eso lo sé.
Ahora quiero reirme, disfrutar con mis amigos. Tiembla RAZZ ... hoy te quemo!
