Odio...
A los creídos…
A los egoístas…
A los egocéntricos…
A los falsos...
A los que se creen superiores…
A los que no son coherentes con lo que dicen...
A la gente que no escucha…
A los que no contestan…
A los que me hacen sentir mal…
A los que me trataron mal…
A los que no ayudan…
A los que me ignoran…
Odio es una palabra con connotaciones malsonantes
que denota un sentimiento extremo, pero igualmente de
extremo es el amor… Ya dicen que del odio al amor hay
un paso … pero del amor al odio también…
Y no sólo hay que entender el amor relacionado con una
pareja, puedes amar a tu familia, a un amigo/a… y ese bonito
sentimiento se puede diluir, irse convirtiendo poco a poco en
su opuesto.. Aunque este binomio puede ser reversible nunca
vuelve a recuperarse al 100%, siempre queda algo, un trozo
de memoria (un sentimiento) en estado latente que se activa
cuando menos lo esperas…
A priori esto estaría bien.
Tu subconsciente o mejor dicho tu “muy consciente” mente
te pone en alerta para que no te vuelva a pasar lo mismo,
pero si la primera vez ya no sabías muy bien como solucionarlo
... la segunda irá mejor?
Quien sabe....
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No me lo había planteado nunca de esa forma, sinceramente.
Pero a veces sólo sabes lo que NO QUIERES, porque lo que quieres no lo tienes tan claro...
A mí saber lo que no quiero me ayuda a centrarme en lo que sí.
Aunque saberlo y actuar en consecuencia... es otra cosa.
Me pierde "la impusividad".
;-))))